Conocí a Vitaly Garelik en Julio del 2008, nosotros intentábamos
llegar a la cima del Khan Tengri y el junto a mi admirado Gleb Sokolov eran
cordada, subieron al Khan para aclimatar y luego tenían previsto algo en el
Pico Pobeda. Para mi eran unos héroes, unos superhombres.
Recuerdo el día que según nos dirigíamos al C1 nos cruzamos
con ellos en el glaciar, se pararon a nuestra altura y nos estrecharon la mano,
joder… me sentía como un niño al que le hacen el mejor regalo que pudiera soñar,
después en el CB conversábamos con ellos, se interesaban por cómo íbamos, todo
un honor para nosotros.
Una noche arranco de su plumas el anagrama bordado de la expedición
rusa al K2 en el 2007 en la cual había participado y me la entrego, la tengo
cosida al forro polar que utilizo en mis expediciones.
Vitaly era un tipo tranquilo, se le veía sentado en la mesa
de la cocina del CB ensimismado en sus pensamientos, hizo muy buenas migas con
Carlos Muñiz y por las noches estaban largos espacios de tiempo comentando
amigablemente historias de montaña. Yo me fijaba mucho en sus manos, manos como
panes, manos expresivas que movía sin parar cuando quería explicar este o aquel
paso de dificultad. Nunca olvidare que cuando volamos de regreso en el helicóptero
el y Gleb estaban allí diciéndonos adiós con sus manos mientras veíamos como
sus figuras desaparecían cuando se cerraba la puerta del mismo.
Cuando regrese a Madrid de vez en cuando hablábamos por
Adnoklasnic (el facebook ruso) y al año siguiente volvimos a coincidir, cuando
nosotros llegamos al CB el y Gleb estaban abriendo una nueva ruta al Pobeda por
la que fueron nominados al Piolet de Oro, cada tarde seguíamos sus pasos a través
del catalejo…nosotros regresamos a Bishkek, ellos consiguieron su objetivo y
tuvimos la suerte de llevarle al aeropuerto en nuestro coche para su vuelo de
regreso a casa.
En el año 2010 le echamos de menos, no estuvo allí pero todo
el mundo preguntaba por él.
Este último verano después del trekking solidario el día que
llegamos al Campo Base estuve sentado a su lado, me felicito por haber conseguido
el Lenin (el me felicito!) y nos hablo sobre la idea del equipo ruso de
intentar el K2 este invierno.
Viataly, para nosotros ha sido un placer y un honor
conocerte y siempre estarás dentro de nuestros corazones.
Que tu fuerza nos acompañe en nuestros futuros proyectos en
esas montañas que tú tanto querías.
Que tu sonrisa
ilumine los días tormentosos y oscuros.
Que tu recuerdo nos sirva para transmitir esa paz interior
que tú irradiabas.
Hasta siempre amigo, hasta siempre héroe, hasta el verano
Vitaly, durante el cual andaremos tus pasos y honraremos tu memoria.
Tus amigos Jose y Nastia.